A medida que pasan los años, se producen alteraciones en la síntesis de proteínas que han sido explicadas con diferentes teorías: errores en la transcripción genética, mutaciones en el ADN (genética del envejecimiento).
También se produce una peroxidación de los lípidos de membrana provocada por los radicales libres (RL), detallada en la teoría de la desorganización peroxidativa de los lípidos de membrana.
Se considera que las mitocondrias son más sensibles a estos radicales libres.
Las mitocondrías son unos orgánulos del interior de nuestras células que se encargan de producir energía para las correctas funciones: son como las centrales de energía celulares a partir de los nutrientes que reciben.
Pero tienen un sistema que no posee mecanismos reparadores. La teoría oxidativa del envejecimiento de Harman explica que los mecanismos de defensa quedan desbordados frente a los RL que se producen como resultado del metabolismo celular especialmente cuando se está sometido a factores ambientales o de otro orden que aceleran este proceso.
De esta manera, estos RL se acumulan en el organismo, dando lugar al envejecimiento, tanto celular como tisular. Los RL son determinantes para el desarrollo del envejecimiento. Un RL es una molécula que posee uno o más electrones no apareados y es altamente reactiva. Esta configuración inestable es el origen de su toxicidad.
Los RL, para estabilizar su órbita, tienen que compartir el electrón desapareado y buscan «desesperadamente» moléculas a las que poder fijarse para establizar esos electrones «sueltos». Por ello, se unen a proteínas, lípidos y ácidos nucleicos, generando graves daños celulares.
Los RL se forman de una manera espontánea en el organismo, por ejemplo, en la respiración celular. También se generan por causas externas, como la radiación solar u otros factores que producen estrés celular.
El ser humano posee mecanismos neutralizadores de los RL.
Además, en los tejidos existen sustancias que captan los RL, llamadas antioxidantes: moléculas de bajo peso molecular que al captar los radicales libres evitan que estos dañen las células y alteren su normal funcionamiento y su capacidad defensiva.
A veces, los sistemas defensivos del organismo quedan superados y se desarrollan alteraciones. Con el paso del tiempo este problema se agrava ya que los mecanismos de defensa pierden efectividad y capacidad de compensar esas alteraciones.
Así se produce el envejecimiento entendido en un sentido profundo y biológico que también se puede aplicar a la piel.
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María José Martínez Caballero
La Dra. María José Martínez Caballero es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza. Ejerce como médico desde hace más de veinte años, y su pasión por la cosmética se remonta a unos cuantos años en que empezó a buscar el punto en el que coinciden la salud con la belleza. Desde entonces la búsqueda imparable de activos en la naturaleza que lo contiene todo, y sus desarrollos con la biotecnología sigue siendo uno de sus objetivos en su vida profesional y personal.