¿Estás preparada para la primavera?
La primavera es una época de gran movimiento de energía desde el punto de vista biológico: así vemos cómo se produce una auténtica eclosión en la naturaleza de lo que en invierno y otoño se ha ido nutriendo y gestando.
En el hombre es igual: el otoño e invierno son las épocas de nutrir para que todo fluya en primavera.
Es una época en que vemos reactivaciones de ciertas patologías como úlceras, cuadros depresivos o las alergias. La energía vuelve a la tierra al final de cada estación, por eso se debe también tonificar el estómago-bazo al final del invierno para recibir bien la primavera.
En nuestro medio en que el estrés afecta al hígado es el momento de prestarle más atención y de tratarlo, ¿necesitas algunos consejos?
1. La importancia de la nutrición
Venir de una buena nutrición con minerales que se aportan en otoño invierno para suplementar con antioxidantes en la primavera: algunos son el resveratrol (presente en la uva, la granada o las nueces), el licopeno (presente en el tomate, la sandía, el pomelo, la papaya o el pimiento) y muchos otros como el germen de trigo rico en vitamina E o los buenos aceites vegetales como el de oliva virgen.
2. Haz un poco de ejercicio
Como es la época de las contracturas y rigideces de músculos y tendones, es conveniente evitarlas con ejercicio físico que facilite los estiramientos como yoga o Pilates.
3. Intenta prevenir las alergias
Para prevenir las alergias se recomienda hacer un tratamiento preventivo unos meses antes cuidando bien nuestro aparato digestivo. La salud intestinal es muy importante para la salud general y el sistema inmunitario.
Si nuestra permeabilidad intestinal está aumentada, la probabilidad de alergias, cuadros inflamatorios o alteraciones de nuestro sistema defensivo es mayor. Y además el órgano que con frecuencia lo refleja es nuestra piel. Con un aporte adecuado de bacilos intestinales y un buen funcionamiento intestinal evitaremos que algunas sustancias que funcionan como toxinas o alergenos pasen al torrente sanguíneo desde nuestra mucosa digestiva y produzcan todo esos trastornos.
Además el rooibos es una planta disponible para infusión muy adecuada para ayudar a prevenir las alergias.
4. Cuida tu hígado
Las personas muy sensibles a la primavera, que sufren astenia y trastornos de salud, seguramente tienen un desequilibrio de hígado que deberían tratar con una tonificación estacional antes del cambio de estación con un aporte adecuado de sustancias antioxidantes, fotoprotectoras y tonificantes como la jalea real o los carotenos.
5. Elimina las toxinas
Para hacer fluir bien las toxinas y que no se queden “estancadas” se puede hacer un drenaje con algunas plantas como cardo mariano, alcachofa, desmodio, diente de león, cola de caballo, manzanilla amarga u otras en forma de suplementos o infusiones.
Además, hay preparados para vía oral de plantas que en muy pequeña cantidad pueden facilitar la eliminación de toxinas y metales pesados.
Un aporte adecuado de cisteína es importante para eliminar toxinas. Este aminoacido se encuentra presente en ajo, cebolla, pescado, carne, cereals integrals, huevos, levadura de cerveza o nueces.
6. Incorpora vitaminas a tu dieta
La dieta más nutritiva como la del otoño invierno con sus bulbos, sus frutos secos y sus guisos muy calientes, se deberá aligerar a una dieta más llena de sustancias antioxidantes, frutas y zumos, buenas proteínas para dar tono a los tejidos, abundantes verduras.
Las vitaminas son uno de los antioxidantes más conocidos, concretamente la vitamina C que encontramos en frutas y verduras como los cítricos, las fresas, el mango, las espinacas, los espárragos o la remolacha.
La vitamina E es otro importante antioxidante presente en el germen de trigo, aceite de oliva o vegetales de hoja verde.
Por otro lado cabe destacar la vitamina A o betacarotenos, presentes en los vegetales y verduras de hoja verde y en aquellas que presentan un color naranja o amarillo.
Por el lado de los minerales existen varios que nos van a ayudar a proteger nuestras células de los ataques propios del paso del tiempo.
Un claro ejemplo es el zinc, que se le atribuyen efectos regeneradores de las células. Lo encontramos en alimentos como las carnes, los pescados, los cereales integrales, los huevos…
El selenio también tiene muchas cualidades antioxidantes ya que su consumo está vinculado a la prevención de determinados tipos de cáncer. Lo contienen alimentos como la carne, el pescado, el marisco, los huevos…
El cobre es importante tenerlo en cuenta por ser un regenerador celular importante y estimulador del sistema nervioso. Se encuentra en alimentos como el pescado, los cereales integrales, las verduras de hoja verde…
Existen otras sustancias naturales como los flavonoides que tienen una importante función protectora de las células. Los podemos encontrar en las verduras de hojas verdes, las coles, los frutos rojos, fresas, pimientos o cítricos.
Imprtantísima también la variedad y rotación de los alimentos por el efecto sobre las funciones del cuerpo.
7. ¡Cuidado con el sol!
Las personas con sensibilidad al sol que desarrollan eritema solar (cada vez más numerosas) por la desprotección frente a las radiaciones solares a causa del agujero de ozono, deberán tomar unos meses antes, suplementos que preparan la piel, favorecen su mejor adaptación al sol y disminuyen su reactividad. De éstos hay varios preparados comerciales perfectamente balanceados.
Por otro lado cabe destacar de origen natural la provitamina A o betacarotenos, presentes en los vegetales y verduras de hoja verde y en aquellas que presentan un color naranja o amarillo, nos ofrecen una maravillosa protección de la piel frente al sol.
8. Exfolia tu piel (te damos una receta casera)
Para preparar la piel, deberemos exfoliar con más asiduidad: una o dos veces por semana según el tipo de piel con productos que respeten el manto epicutáneo: así conseguiremos una piel con tono más uniforme y sin manchas.
Una receta casera interesante es una mezcla de levadura de cerveza en polvo, pétalos de rosa secos y triturados con una infusión de lavanda y unas cuantas gotas de aceite de germen de trigo virgen. Al retirarla realizar un ligero masaje. Tiene un efecto exfoliante, nutritivo y tonificante.
9. Favorece tu circulación
Nada tan tonificante de la circulación y reafirmante como una ducha fría y rápida después del agua templada. Siempre empezando por las partes distales del cuerpo: manos y pies e ir avanzando hacia el centro del cuerpo.
Mantenter unos segundos en glúteos, cara interna de muslo y brazos y por último, pecho.
10. Cuida tu peso y tonifica tu cuerpo
Para ayudar a las personas que necesiten bajar peso, además de una dieta adecuada, algunas plantas pueden ayudar a controlar el exceso de apetito:
la camelia sinensis, la opuntia o la hoodia.
Si has bajado de peso y quieres tonificar tu cuerpo, te pueden servir algunas plantas como el equiseto, la hiedra o algunas algas (cuidado las personas con alteraciones de tiroides) como la espirulina o la laminaria, entre otras.
Y atención: imprescindible una dieta equilibrada porque la ingesta insuficiente de proteína puede contribuir a que se descuelguen los tejidos.
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María José Martínez Caballero
La Dra. María José Martínez Caballero es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza. Ejerce como médico desde hace más de veinte años, y su pasión por la cosmética se remonta a unos cuantos años en que empezó a buscar el punto en el que coinciden la salud con la belleza. Desde entonces la búsqueda imparable de activos en la naturaleza que lo contiene todo, y sus desarrollos con la biotecnología sigue siendo uno de sus objetivos en su vida profesional y personal.